Rodolfo Sergio Rodríguez, más conocido como "La Pantera", es un nombre que resuena en la historia del fútbol uruguayo. Su agilidad bajo los tres palos, su capacidad de reacción y su liderazgo lo convirtieron en uno de los arqueros más destacados de su generación. Sin embargo, la vida de este campeón del mundo dio un giro inesperado al colgar los guantes, encontrando una nueva pasión en la tranquilidad del campo.
Nacido en Montevideo el 20 de enero de 1956, Rodolfo Rodríguez comenzó su carrera futbolística en el Club Atlético Cerro. El equipo de su barrio y al que fue a probarse junto con su amigo y ex jugador de la selección uruguaya de Basquetbol, Víctor Frattini.
“Cuando llegué, Cerro me fichó de ‘8’ y a Víctor de ‘9’. No me ponían y dije, ‘no voy más’. Pero apareció Carlos Linares y me dijo que era amigo de Ramón Ferreira que era el técnico de la Quinta que quería que fuera, porque yo jugaba de golero en el liceo. Le dije: ‘Voy si juego, si no, no voy’, y así empecé”.
Mientras daba sus primeros pasos en Cerro también comenzó a hacerlo en su vida laboral y con 14 años hizo un concurso para entrar a trabajar en el Frigorífico Artigas, al lado del Estadio Tróccoli, en el que trabajaba su padre Wilfredo.
“Entramos cinco. Me levantaba a las 6 de la mañana y entraba a las 7. Trabajaba en la oficina. Como jugaba al fútbol, pedí para hacer un horario especial y trabajaba de telefonista de 7 a 8 y media y ahí pasaba a mi sección ‘liquidación de haciendas’ y después me iba al Tróccoli por la puerta del fondo con mi bolsito pasando por los corrales”, indicó.
Su debut en primera con el equipo de la “Villa” se dio en 1973, en una campaña en la cual el descenso asomaba de cerca al conjunto albiceleste.
“Cerro era mi vida y era muy difícil jugar con aquella presión de no descender. Además, era la época en la que entraban pesados al vestuario. Yo tenía la inconsciencia del joven, y una vez me metí en la charla que los pesados tenían con los referentes: ‘Contigo no es botija’, me dijo uno y me sacó con un dedo en el pecho. Ganamos contra Wanderers en Las Piedras -al que dirigía Omar Borrás- y ante Racing, dos partidos fundamentales y zafamos”, recuerda Rodolfo.
Sus excepcionales atajadas le valieron un lugar en la selección juvenil que, bajo la dirección del argentino Walter Brienza, disputó el Sudamericano de Lima en 1975. Allí coincidió con futuras figuras del fútbol uruguayo como Alfredo De los Santos, Darío Pereyra y Juan Ramón Carrasco, entre otros, quienes años más tarde serían sus compañeros en Nacional. Uruguay se coronó campeón del torneo, con Rodolfo como figura estelar.
Su talento y actuaciones lo llevaron a estar en la órbita de los dos grandes en 1976, pero finalmente Nacional fue quien se quedó con la “Pantera “en donde comenzaría a forjar su nombre en la historia en el club de la Blanqueada.
“me quería Peñarol, pero me pidió Juan Faccio para Nacional el último día de período de pases. Siempre se lo reconozco. Cuando llegué a Cerro, el primer arquero era (Nilson) Bertinat, luego Omar Garate y yo era el tercero. Y los tres nos encontramos en Nacional, las vueltas de la vida. Me tomaba tres ómnibus para ir a entrenar a Los Céspedes”.
En Nacional, conquistó múltiples títulos, incluyendo la Copa Libertadores y la Copa Intercontinental de 1980. Su desempeño lo llevó a vestir la camiseta de la selección uruguaya, con la que se consagró campeón de la Copa América y del Mundialito.
Títulos con Nacional
Torneos Locales
- Liga Mayor (2) 1976,1977
- Campeonato Uruguayo (3) 1977,1980,1983
- Torneo Liguilla (1) 1982
- Torneo Estadio Centenario (1) 1983
Torneos Internacionales
- Copa Libertadores (1) 1980
- Copa Intercontinental (1) 1980
La destreza de "La Pantera" lo llevó a jugar en diversos clubes de América y Europa, como Santos, Sporting de Lisboa y Portuguesa. Su carrera como futbolista profesional se extendió por más de dos décadas, dejando una huella imborrable en el fútbol uruguayo y en el corazón de sus seguidores.
CON URUGUAY
Rodolfo Rodríguez también supo escribir sus páginas de gloria con la selección uruguaya. Consiguió varios torneos y siempre con grandes rendimientos, a la altura de las exigencias una camiseta llena de gloria e historia.
Entre fines de 1980 y principios de 1981 obtuvo la Copa de Oro de los campeones mundiales y recibió él mismo el trofeo ya que era el capitán. Además, se quedó con el galardón por ser el arquero menos vencido del campeonato.
“Veníamos de ser campeones de América con Nacional y nos juntamos con el Cabeza (Rubén Paz), el Chicharra (Venancio Ramos), que andaban volando, Ariel (Krasouski) que andaba muy bien en Boca, De la Peña, Waldemar que estaba en su mejor época, Cascarilla en su plenitud. Se armó un grupo muy bueno y hasta el día de hoy hablamos”, cuenta.
Años más tarde volvió a sumar otro título con la selección, la Copa América de 1983.
“El fútbol uruguayo estaba medio tirado y fuimos a la Copa Nehrú en Calcuta, India. Nadie quería ir, pero ahí empezó todo. Se empezó a formar el grupo con Borrás y fue la base a seguir de la Copa América de 1983 después de las Eliminatorias. Hacía tiempo que Uruguay no era campeón y lo hicimos con Brasil y jugando allá todavía, tiene sus méritos. El Pato (Aguilera), el Loco Acosta, Washington (González), Enzo (Francescoli). Éramos un equipo aguerrido y conseguimos el título”.
Con Uruguay
- Mundialito de Oro 1981
- Copa América 1983
DEL FUTBOL AL CAMPO
Tras su retiro en 1994, Rodríguez decidió dar un vuelco radical a su vida. Dejó atrás la adrenalina de los estadios para sumergirse en el mundo rural. Con una pasión renovada, se dedicó a la agricultura y la ganadería, encontrando en el campo la tranquilidad y la conexión con la naturaleza que anhelaba.
“Por mi actividad de futbolista hicimos nuestra vida prácticamente en el exterior. Y cuando volvimos surgió la posibilidad de manejar el campo familiar de mi señora Solange. No sabía diferenciar un pique de un poste, una vaca de una vaquillona”, contó en una nota diálogo en Canal 10.
Fue por eso que durante un año se dedicó a entender y aprender sobre el negocio y el arte de la vida del campo.
“Me empezó a gustar y empecé a diferenciar. Tuve la suerte de tener un capataz que me enseñó mucho. Le prometí que cuando él hablara de fútbol yo no me iba a reír; y él me prometió que cuando yo hablara de campo no se iba a reír. Pero claro, fue más negocio para mí que para él”, recordó entre risas.
Análisis Táctico: Un Guardián de Área Completo
Rodolfo Rodríguez era más que un simple arquero; era un verdadero líder dentro del campo. Su estilo de juego se caracterizaba por:
- Agilidad y reflejos felinos: Su capacidad para reaccionar ante disparos a quemarropa y tiros de esquina era asombrosa. Sus movimientos ágiles y su excelente coordinación óculo-manual lo convertían en un muro infranqueable.
- Dominio del área: Más allá de sus atajadas espectaculares, "La Pantera" destacaba por su dominio del área chica. Su juego con los pies era preciso y seguro, lo que le permitía iniciar jugadas desde la portería y salir jugando con seguridad.
- Liderazgo: Su voz de mando y su carisma lo convertían en un referente para sus compañeros. Su seguridad transmitía tranquilidad al equipo y lo motivaba a dar lo mejor de sí.
- Anticipación: Rodríguez tenía una gran capacidad para anticipar las jugadas del rival, lo que le permitía salir de su arco y cortar balones antes de que se convirtieran en peligro.
Momentos Clave en su Carrera
- La final de la Copa Libertadores de 1980: En la final ante América de Cali, Rodríguez fue figura clave con varias atajadas espectaculares que permitieron a Nacional levantar el trofeo. Su actuación en este partido lo consagró como uno de los mejores arqueros del continente.
- El Mundial de México 1986: Aunque una lesión lo privó de disputar el Mundial, su convocatoria ya era un reconocimiento a su talento y a su importancia en la selección uruguaya.
- La Copa Intercontinental de 1980: En la final ante Nottingham Forest, Rodríguez volvió a demostrar su calidad con una actuación sólida que contribuyó a la victoria de Nacional.
La “Pantera “ Rodolfo Rodríguez, arquero que ganó innumerables batallas y se consagró como uno de los mejores guardametas uruguayos de la historia, que hoy en día ha encontrado en la tranquilidad del campo la paz que buscaba.
TRAYECTORIA
- Cerro (Uru)
- Nacional (Uru)
- Santos (Bra)
- Sporting Lisboa (Por)
- Portuguesa (Bra)
- Bahia (Bra)